Mantas térmicas, la mejor protección contra el frío para tus plantas

Las mantas térmicas son un textil agrícola cuya principal función es proteger nuestros cultivos y plantas del huerto y el jardín del frío, de las escarchas y de las heladas invernales. Además poseen otras ventajas añadidas contra pájaros, insectos,etc

Ventajas de las mantas térmicas

Las mantas térmicas están fabricadas a partir de fibras de polipropileno y su empleo tiene múltiples ventajas:
– son más resistentes al deterioro que los plásticos debido a la exposición solar porque llevan un tratamiento que las estabiliza frente a las radiaciones ultravioletas del sol.
– son permeables por lo que permiten el paso del agua y el aire. Esto hace que no sea necesario retirarlas para regar.
– permiten el paso de la luz, ya que presentan una transparencia del 80%.
– son de fácil colocación y son muy ligeras, por lo que se pueden colocar directamente sobre los cultivos o bien se pueden añadir arcos para crear mini túneles de cultivo. También se pueden emplear para formar un doble techo en invernaderos.
– protege las plantas del frío, las escarchas y las heladas hasta -4ºC creando un microclima entre la tierra y la manta térmica que aumenta la temperatura entre 2 y 5ºC con respecto a la temperatura ambiental. Este microclima creado favorece el crecimiento de los cultivos y evita que se deterioren antes de la cosecha.
– minimiza los riesgos frente al granizo, las fuertes lluvias y el viento, protegiendo los cultivos de los efectos negativos de estos agentes meteorológicos.
– evita el contacto directo de las plantas con pájaros y actúa como barrera contra los insectos, favoreciendo la disminución de empleo de tratamientos fitosanitarios para las plagas en los cultivos.

Para qué plantas sirven las mantas térmicas

Las mantas térmicas se emplean tanto en jardines y huertos domésticos como a nivel profesional en agricultura. Se pueden emplear con todas las plantas que refieran una protección ambiental durante el invierno, como los siguientes:

– árboles frutales como cerezos, almendros
– arbustos ornamentales
– setos
– hortalizas y verduras: tomates, pepinos, puerros, rábanos, zanahorias, espinacas, coliflores, repollos
– frutillas
– flores de jardín
– plantas aromáticas y culinarias

Existe una gran variedad de medidas en el mercado que nos permiten adaptarlas a nuestros cultivos, alargadas para huertos, con distintos anchos para surcos o para bancales, también para setos; o bien, casi cuadradas para macizos y rocallas o para árboles frutales y arbustos ornamentales. Además se cortan fácilmente, por lo que solo tienes que elegir la que mejor se adapta a tus plantas.

Cómo se instala una manta térmica

Las mantas térmicas se instalan en días con condiciones atmosféricas favorables, sin lluvia y sin viento. Es recomendable alisar previamente el terreno y eliminar las malas hierbas de la zona que va a cubrir la manta térmica.

La manta térmica se coloca en la dirección del viento, sin que quede demasiado tensa ni demasiado floja. Además es importante cubrir el perímetro de la manta con tierra y/o sujetarla con unos clavos o piquetas de sujeción con objeto de los días ventosos la manta permanezca en su ubicación y el viento no la levante.

Según el tipo de cultivo la manta será permanente o temporal, es decir, los cultivos cuyo ciclo se dé exclusivamente en invierno la manta térmica estará instalada hasta la cosecha, sin embargo, aquellas plantas cuyo cultivo se extienda hasta la primavera o el verano (frutillas) o bien flores y plantas aromáticas perennes (que viven de un año para otro), setos, arbustos ornamentales y árboles frutales la manta térmica se retirará cuando las temperaturas ya no hagan peligrar la cosecha o la supervivencia de las plantas.

Cuándo retirar una manta térmica

Las mantas térmicas se retiran con buen tiempo, en días sin viento, en los que no haga demasiado calor y ya no existe riesgo de heladas tardías que puedan arruinarnos los cultivos. Una vez retirada la manta conviene que realices un riego a las plantas, ya que van a quedar directamente expuestas al sol y al viento tras una larga temporada de protección, de este modo evitaremos que se deshidraten.

Las mantas térmicas son reutilizables, por lo que las puedes doblar o enrollar y almacenarlas hasta el año siguiente. Para ello conviene que las guardes secas y limpias de tierra, hojas,… en un almacén o lugar protegido para evitar su deterioro. Y cuando las deseches son reciclables, por lo que no generarás residuos con ellas.